Todo tiene un final

Hoy por fin te tengo que decir adios. Lo siento mucho pero todo llega a su fin y aunque no soy de los que cambian así porque si, las circunstancias de los últimos meses me han hecho darme cuenta de lo desequilibrada de nuestra relación. Lo siento mucho, pero me he dado cuenta de que tantos esfuerzos no tienen apenas recompensa. Así que, tímidamente, fuí ojeando las ofertas del mercado y mira por donde he encontrado a otro que parece mejor partido. No estoy seguro de que así sea, de todos modos casi nunca lo estoy. Lo que si estoy es decidido, decidido a cambiar.

Ya sabes que no me gustan los cambios, me ponen nervioso y me estresan, pero al fin me he decidido. No ha sido una decisión fácil, me lo he pensado mucho, he estudiado los pros y los contras. Especialmente ha pesado en mi decisión lo caro que podías llegar a salir. Puedes llamarme egosita, tacaño o pesetero. Ahora sería ¿centimero?
La decisión ya está tomada, los hechos consumados, una doble traición porque no sólo voy a dejate a ti, sino a quien representas.

Por fin he decidido cambiar de móvil, y también voy a cambiar de compañía de teléfonos, o como se dice en el argot, de companía de voz. Me cambio de Vodafone a Yoigo. Que te den, Vodafone, que estoy harto de escuchar dos o tres días despues de cada recarga la vocecita que dice: "Su credito está a punto de agotarse" y te lo repite después en inglés, por si no te has enterado bien, "Your credit is about to espire". Estoy harto de tener que esperar a las cuatro de la tarde para poder llamar en horario de tarifa reducida. ¿Reducida? Que eufenismo.

En fin, que estoy harto de que me estafen y por lo menos ahora que me estafe otro. Ya lo ha intentado la chica de la tienda "The phone house", tratando de venderme un seguro para el móvil primero, y una tarjeta SD después. Le ha faltado pegarme, porque tonto si que me lo ha dicho, y seguro que ha pensado algo peor. Si por lo menos me hubiera atendido chico de preciosos ojos verdes que estaba a su lado ...